Dos hermanos osteuropeos
29/10/2008Publicado en Culturas - La Vanguardia
Brigitte Reimann (Burg, 1933-Ber-Hn, 1974) inició su carrera literaria en los años cincuenta; su éxito llegó en los sesenta con Díe Geschwíster (premio Heinrich Mann) y su decepción del régimen socialista. En 1968 le diagnosticaron un cáncer; vivió diez años mas escribiendo Franziska Linkerhand, que se publicó, inacabada y postuma, en 1974. Sus novelas, su correspondencia (con Krista Wolff, entre otros) y sus Diarios fueron best sellers: Reimann anticipaba la reunificación en una década y mostraba su intensa pasión de vivir, la desgarrada separación de un hermano al que adoraba y que se fue al Oeste, y su debate febril entre el sueño socialista y la realidad burocrática de RDA.
Bartleby publica ahora Los hermanos, primer libro de Reimann en castellano. En sus páginas late el amor incestuoso y nostálgico de Elisabeth y Uli, y la fuga, que la narradora ve como una traición o
una consecuencia de su relación amorosa con Joachim. Esa discusión -con cartas y diálogos reales- le sirve para mostrar la vida de los artistas en la RDA, la censura, el dogmatismo, la ética marxísta. Todos los sueños de la izquierda ysus trampas: hay algo orwelííano, algo koestleriano en su crítica, ese espíritu que aún mueve a tantos intelectuales poscomunistas: no renunciar a la base social y cultural del socialismo, donde la educación y los libros estaban al alcance de todos y los escritores ("ingenieros de almas", dijo Stalin) tenían peso social, como sugiere Zubiaur en su prólogo.
La novela va adelante y atrás en el tiempo, ondulante. Es el aliento vital de la autora, ese hálito ensoñado y febril lo que constituye su encanto: el personaje de Elísabeth, la artista libre atada por un lenguaje que la aprisiona, aferrada a las dos Alemanias desgajadas, entre el
compromiso socialista y el amor sensual (por su rebelde hermano y por su amante), y al fin, como un pájaro atrapado, no resiste la arbitrariedad, la uniformidad zafia, la perversa combinación de un sistema que glorifica la cultura y al mismo tiempo la constriñe, forzando a
la sumisión o a la conflictiva disidencia.
El libro permite imaginar lo que rué el siglo XX en el Este de Europa, reflexiona sobre la tradición de la izquierda en el mundo y señala simbólicamente a los países nórdicos como la única opción para recoger ese legado.
ISABEL NÚÑEZ